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Pedro Morales Pino

Otoño Mazurka

(1891-1965)

Otoño Mazurka originalmente escrita para piano, esta es una transcripción que realice para la guitarra. Pedro Morales Pino músico Vallecaucano (Cartago, febrero 22 de 1863 – Bogotá, marzo 4 de 1926. En 1897 organizó la Lira Colombiana, agrupación que llegó a contar con 16 integrantes y de la cual era director y primera bandola. A cada ritmo le marcó su estructura precisa que, por lo perfecta, fue acatada por todos los compositores en los años siguientes. Así, uno de sus aportes fundamentales fue haber llevado el aire del bambuco al pentagrama. Por otra parte, la historia de la música colombiana no registra otra persona que haya divulgado en forma tan amplia y original nuestra música, en una época marcada por la limitación de los medios de comunicación. Sus varias excursiones artísticas por el país y por América Central y Estados Unidos a principios del siglo XX, y por Suramérica años más tarde, son muestra fehaciente de ello. Músico y pedagogo, cuentan que, antes de iniciar sus ensayos, el maestro Morales Pino dictaba toda una cátedra sobre el origen, las modalidades, la estructura y desempeño instrumental de cada obra, logrando con esto que sus alumnos se compenetraran cabalmente para lograr una perfecta ejecución. Su semilla, el reflejo de su sapiencia y entrañable amor por la cultura nacional, quedó sembrada en una lujosa nómina de discípulos: Ricardo Acevedo Bernal, Emilio Murillo, Fulgencio García, Carlos Escamilla, Luis A. Calvo, Alejandro Wills, Max y Pedro Concha, Jorge Rubiano y los Romero. La copiosa producción musical del maestro Pedro Morales Pino, que puede llegar al centenar de composiciones, especialmente instrumentales, comenzó hacia 1890, con intermezzos, valses, danzas, pasillos, gavotas, bambucos y otros. Entre sus piezas más conocidas están: los pasillos Joyeles, Reflejos, Lejanía, Pierrot, Confidencias, Íntimo y Una vez; los bambucos El Fusagasugueño y Cuatro preguntas, que se toma como modelo del género, como bambuco-tipo; y los valses Ana Elisa, Mar y cielo, Voces de la selva y Los lunares.

En varias de sus composiciones, se puede ver como el maestro Manuel Salazar es un significativo exponente de nuestra música nacional, obras como Esfinges, Buga al mar, cauca y Bejucos son por mencionar algunas, obras importantes forman parte del patrimonio colombiano. Campanadas Impromptu, compuesta en el año 1933, hasta hoy día ha sido una obra inédita escrita para guitarra sola, la cual podemos considerar como una joya musical de la literatura guitarrística, ya que hace parte del repertorio de principios de siglo XX escrito originalmente para este instrumento.

Es importante destacar de igual forma, el valioso trabajo investigativo y musical que viene desarrollando el maestro Javier Mauricio Cruz. Quien, por medio de su ardua labor, viene mostrando a la luz por medio de sus versiones e impecables interpretaciones, el trabajo creativo de los compositores colombianos que han escrito para la guitarra en Colombia. Vale la pena celebrar en esta ocasión el estreno de esta valiosa joya musical, “Campanadas Impromptu” del maestro Manuel Salazar y que, de seguro, esta obra hará parte del repertorio guitarrístico colombiano. FABIO SALAZAR OROZCO Guitarrista, compositor y docente De la Universidad del Valle

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